La intención de hoy es poder visitar el bosque de bambú de Arashiyama y otras atracciones que podemos ver por la zona, como el parque de monos de Iwatayama.

Nos despertamos en nuestra habitación en el ryokan, y nos damos cuenta de que está lloviendo un montón. Desde hacía días que se nos alertaba de que un tifón estaba cerca, y aunque no esté llegando de pleno a Japón, está arrastrando lluvias continuadas durante el día de hoy. Bueno… tampoco nos podemos quejar, el tiempo se había portado muy bien, hasta ahora.

Además, todavía queda desayunar, que lo tenemos incluido en el ryokan, y vemos como nos lo están preparando desde la ventana.

Nos dirigimos abajo, con nuestros yukatas, para poder ver qué nos han preparado.

Desayuno: Ryokan Tori

Nuestros caseros nos han preparado un desayuno tradicional japonés, que nos incluye un poco de pescado, una tortilla japonesa, un poco de tofu y una sopita de miso, acompañado de algunos pequeños aperitivos.

Está todo muy bueno, pero hemos de reconocer que son platos fuertes que nos cuestan de digerir para desayunar y que todavía no estamos acostumbrados. Aún así, repetiríamos la experiencia si volviéramos a este ryokan.

Nuestro desayuno en Ryokan Tori

La experiencia en el ryokan nos ha encantado, pero tristemente lo tendremos que abandonar. Aunque tampoco es para tanto, ya que las dos siguientes noches las pasaremos en la habitación temática de Hello Kitty en el hotel Resi Stay the Kyoto. Antes de empezar con las actividades del día, nos iremos a este hotel en autobús a dejar nuestras mochilas. Las dejamos en el hotel ya que está más o menos cerca de la estación de Kyoto.

Llegamos al hotel y no hay nadie en la recepción a esa hora. La puerta está cerrada, aunque detrás del cristal, podemos ver que allí dentro nos están esperando nuestras maletas que enviamos desde Tokyo días atrás (por fin las volveremos a tener).

Por suerte, hay un interfono, en el que nos atienden desde una centralita y nos dan un código para abrir la puerta y dejar nuestras mochilas en el almacén. Así lo hacemos, ya haremos el check-in por la tarde.

Desde el hotel, nos vamos andando hasta la estación de Kyoto, siguiendo una de las calles locales de la ciudad. En la estación tomamos la San-In Line hasta Saga-Arashiyama Station. Al llegar a esta estación, Google Maps nos confunde bastante, ya que nos indica que para llegar al bosque de bambú tenemos que coger el tren turístico de Sagano, que hace un viaje a través de los bosques y ríos de la zona. En la estación hay carteles diciendo que el tren está completo hasta al cabo de dos horas. Por suerte, la chica que nos atiende, nos indica que para una parada no hace falta que cojamos este tren, que al bosque de bambú se llega perfectamente andando, y que no vale la pena pagar lo que cuesta este tren (si solo estamos yendo hasta el bosque de bambú).

Le hacemos caso a la chica y vamos cruzando las calles locales de Arashiyama. En estos momentos está lloviendo un poco, pero es soportable.

Bajo la lluvia en el bosque de bambú de Arashiyama

Llegamos al bosque de bambú, y atravesamos el típico caminito que aparece en todas las fotos. Aún lloviendo, es un lugar realmente masificado, en el que nos cuesta la vida sacarnos una foto medio decente. La verdad, es que el bosque de bambú es muy bonito, pero aparece en todas las guías y está terriblemente lleno de gente moviéndose en todas las direcciones. Como nota, para futuros viajes, en Japón hay muchísimos más bosques de bambú que no son tan conocidos.

Dentro del bosque, hay un camino exclusivo en el que te llevan en una especie de carabina y te puedes hacer las fotos que quieras, sin gente. La carabina está tirada por una persona, cosa que vemos que es bastante típica por la zona. Creemos que es una turistada, así que no vamos a pagar por ello.

Según vamos avanzando por el camino, cada vez llueve más. Pero por ahora, la lluvia no nos detiene.

A pesar de la lluvia, al final del caminito decidimos apartarnos un poco de la masificación turística y dar un paseíto por las zonas boscosas que hay, junto al río Katsura. Es un lugar muy bonito, con sus miradores y zonas de picnic. Lástima que cada vez esté lloviendo más, y nos impida seguir adelante.

Muy mojados, seguimos bordeando el río Katsura hasta llegar al puente de Togetsukyō. Nuestra siguiente parada iba a ser el parque de monos de Iwatayama, que es una zona donde los monos viven en libertad, pero con la que está cayendo, no vamos a ver a ningún mono. Nuestros chubasqueros no dan más de sí, y empezamos a temer por nuestros pasaportes, que se están empezando a mojar.

Paseando bajo la lluvia por el río Katsura

Por primera vez en el viaje, estamos pasando algo de frío, después de estar tanto rato bajo la lluvia, así que buscamos para comer algo calentito. En una de las calles principales de Arashiyama, en concreto la que va a dar al puente, nos encontramos con un pequeño mercado, en el que hay unas mesas en el medio y varios puestos de comida alrededor. En uno de los puestos hacen noodles, y después de pasar frío, nos apetecen un montón, así que nos sentaremos en una de las mesas e iremos pidiendo.

Comida: Pequeño mercado en Arashiyama

Nos encontramos en un local con mesas en el medio y con distintos puestos de comida alrededor. Pedimos en diferentes sitios: un par de korokkes (croquetas al estilo japonés), un bowl de noodles Udon y algunas brochetas tanto de carne como de pescado que hacen en el grill.

Al pedir nos entregan el típico dispositivo que pita cuando tu comida está lista, así que podemos esperar en la mesa.

Es una zona turística, pero la comida está más que aceptable. Nos ha ido bien el sitio para comer un poco de variedad y volver a entrar en calor.

En este caso, no podemos poner el precio, porque ya no disponemos de él, pero aproximadamente es el mismo que nos hemos ido encontrando por Japón para los mismos platos.

Unos korokke después de terminar empapados por la lluvia

Después de comer hacemos el camino de vuelta hasta el tren y volvemos a Kyoto. Nuestro plan original era ir a ver el templo de Kinkaku-ji durante la tarde, pero hoy nos hemos mojado demasiado, y el pronóstico para la tarde es todavía peor, así que vamos a ir a ver nuestro nuevo hotel.

Al llegar al hotel (Resi Stay the Kyoto), ahora ya sí que hay recepcionista. Nos da la llave de nuestra habitación, recogemos nuestras mochilas que nos han acompañado los últimos días, y por fin, recuperamos nuestras maletas que venían desde Tokyo, varios días atrás.

El hotel, en general es muy básico. De hecho, es un aparthotel, con cocina y lavadora en las habitaciones. Pero lo que nos ha traído hasta aquí, es la habitación temática de Hello Kitty.

Al entrar, por fin, en la habitación, no podemos evitar flipar con la decoración. Absolutamente todo hace referencias a Hello Kitty (hasta el espejo del baño). Estamos encantados de haber elegido esta habitación, en la que pasaremos dos noches. Las otras tres noches en Kyoto las pasaremos en el mismo hotel, pero en una habitación normal, ya que las habitaciones temáticas son bastante más caras.

¿Cómo reservar en este hotel?

Aunque este hotel se encuentra por plataformas como Booking, como habitaciones temáticas sólo se puede reservar las de Kuromi, pero la de Hello Kitty no aparece. Al parecer, sólo está disponible si lo haces a través de la página oficial del hotel, que es un poco confusa, ya que tienen una red de hoteles por toda la ciudad.

Os ponemos tanto el link que da información sobre la habitación, como el link para reservar esta habitación (seleccionando la habitación). La página obliga a pagar en dólares americanos.

Habiendo recuperado las maletas, y teniendo lavadora en la habitación, vamos a aprovechar a lavar la ropa, ya que en 10 días se nos ha ido acumulando.

Al terminar la lavadora, nos damos cuenta de que ésta no seca la ropa, y que la única manera que tenemos de secarla es en el baño, tendiéndola en unas barras que hay encima de la bañera, con un secador que apunta hacia ellas (parece ser que es algo que se lleva en Japón). Tenemos un montón de ropa, y con la humedad que hay, no se nos va a secar ni a la de tres. Por suerte, descubrimos que al lado del hotel hay una lavandería (conocidas allí como «coin laundry»), y que por un precio bastante barato, conseguimos lavar y secar toda nuestra ropa. Hay también una máquina para limpiar y secar los zapatos, que nos salva la vida.

Con la ropa limpia y doblada, nos vamos al konbini más cercano a comprar algo de cenar. Por suerte, ya ha parado de llover.

Cena: FamilyMart

Después de un día tan húmedo, no nos dan ganas de ir a cenar a ningún sitio, así que compraremos algo en un FamilyMart que hay a unas cuantas manzanas, y a volver a la habitación.