La noche en nuestro hotel ha sido un poco complicada. Por un lado, el jetlag no nos ha dejado dormir mucho, y a las 3:00 de la mañana estábamos los dos con los ojos bien abiertos. Además, el hotel está al lado de varias discotecas, que no están insonorizadas, y ha sido algo difícil dormir con tanto ruido. Además, sobre las 5:00, se nota que todo el mundo vuelve a casa, y la calle se colapsa de coches tocando el claxon continuamente. Descubriremos que en Perú, se usa el claxon del coche para todo, sin tener consideración de qué hora es.

A las 6:30 estamos hartos de estar en la cama dando vueltas, así que aprovechamos y bajamos a desayunar al hotel.

Desayuno: en el hotel

Desayunamos en el hotel. El desayuno es una mezcla entre continental y algunos platos calientes peruanos. No está del todo mal, pero es bastante básico y hay pocas opciones. También reducimos nuestras posibilidades evitando tomar zumos y fruta fresca, aunque es algo que en los hoteles turísticos no debería ser un problema.

Sobre las 8:00 ya estamos listos, y salimos a pasear un poco por la zona. Las calles cambian mucho a esta hora, ya que es muy temprano y casi no hay nadie.

Nuestra intención, antes de empezar con el plan del día, es conseguir cambiar nuestros euros a soles, y conseguir una tarjeta SIM.

Para cambiar nuestro dinero, nos es bastante fácil, ya que encontramos un establecimiento cerca del parque Kennedy que nos cambiará 250€ por s/. 1000. El cambio es casi la conversión directa de euros a soles, muy diferente a lo que nos ofrecían en el aeropuerto, así que no nos lo pensamos y aceptamos el cambio. Pedimos algunos billetes pequeños, ya que en los comercios locales no siempre podemos ir con billetes de 100 soles.

Con la SIM no lo tenemos tan fácil, ya que al ser domingo, todas las tiendas que anuncian el cartel de Claro en la puerta están cerradas. Esperaremos un poco a lo largo del día, a ver si conseguimos encontrar alguna tienda abierta.

Nuestra primera parada en Lima es el Parque Kennedy. Es un pequeño parque dentro del distrito de Miraflores con zonas ajardinadas y algunas paraditas de comida ambulante. Destaca porque en el parque hay una colonia de gatos, que vive allí. Parece estar bien cuidado, ya que los vecinos los alimenta y les da lugares para dormir. Los gatos están repartidos por todo el parque. El parque, también acoge normalmente eventos de música en vivo.

Al lado del parque se está agrupando mucha gente al lado de un arco inflable. Al parecer ese día hay una carrera y vemos mucha gente preparándose con un dorsal.

Desde el parque, vamos caminando hasta el malecón de Miraflores. No sin antes parar en el centro comercial Wong, donde vemos una paradita en la que venden Turrón de Doña Pepa. Nos hace ilusión probar este turrón, ya que nuestros amigos peruanos nos lo han traído anteriormente en alguna ocasión como souvenir de Perú. Se trata de un turrón blando hecho de una masa parecida a la galleta, y que entre sus capas tiene una especie de miel hecha a base de panela, frutas y especias. La verdad, es que haberlo probado recién hecho, sabe mucho mejor.

Llegamos al malecón, y como es temprano, damos un paseo tranquilo en dirección norte. Por ahora, el aire es fresco pero se está bien. A esta hora no hay mucho turismo, pero hay personas locales paseando o corriendo a lo largo de los parques.

Las vistas son bonitas, siendo una de las pocas zonas verdes de Lima. También se puede observar la autopista por la que vinimos, que recorre toda la ciudad, y fue construida encima de lo que anteriormente era una playa natural.

Malecón de Miralores

Volvemos en dirección sur y visitamos el Parque del Amor. Este parque fue inaugurado en 1993 y la razón de su existencia, es que los enamorados venían a esta zona del malecón a tener sus citas. Las paredes están decoradas con frases románticas y mosaicos de colores, que nos recordarán mucho al estilo de Gaudí, aunque no tenga nada que ver con él. La escultura central «el beso» fue esculpida por el artista Víctor Delfín.

Parque del Amor

Seguimos nuestro paseo en dirección sur hasta el Centro Comercial Larcomar. En este centro comercial hay tiendas de marcas conocidas y variedad de restaurantes, con bonitas vistas hacia el mar. Volvemos a tener la mala suerte de que es domingo y está casi todo cerrado, pero creemos que tampoco nos perdemos mucho, simplemente está de camino.

Continuamos nuestro camino hasta el Parque del Bicentenario. Aquí tenemos la suerte de cruzar el Puente de la Paz, que es un puente peatonal que justo se inauguró este mes de agosto. La verdad es que este puente permite cortar mucho camino para llegar a Barranco y no tener que dar toda la vuelta. Con motivo de la inauguración, en el puente regalan flores a la gente que pasa.

Cruzando el puente, ya estamos oficialmente en Barranco, aunque las primeras vistas son muy parecidas a las de Miraflores.

Por allí, seguimos caminando por la línea de la costa cruzando el Parque de las Mariposas, aunque parece ser que por la época no hay muchas mariposas.

Aquí, dejamos la costa y nos adentramos al distrito por la calle Batalla de Junin, hasta llegar al Puente de los Suspiros. Este puente es uno de los más emblemáticos de Barranco. Es un puente de madera que cruza la Bajada de los Baños. Fue construido en 1876 y su nombre proviene de las historias de amor y los suspiros de los enamorados que paseaban por él. Se dice que si pasas el puente sin respirar y pidiendo un deseo, este se hará realidad.

Justo al lado hay una iglesia destruida, que actualmente se está restaurante para poder reabrirla al público en un futuro.

Vale la pena visitar las calles cercanas, llenas de arte urbano, casas coloniales de colores y bares bohemios.

Puente de los Suspiros

Tras un paseo por la zona, llega la hora de comer.

Comida: Isolina

Se trata de una taberna tradicional peruana cerca de la plaza central de Barranco. Llegamos sobre las 12:30 sin reserva (todavía no estamos recuperados del jetlag) y no encontramos cola, aunque cuando salimos, sí que vemos que hay una lista de espera.

Aquí nos estrenamos con la comida peruana. Pedimos una causa limeña, un pan con chicharrón y unos tallarines con salsa verde. Para beber, una jarra de chicha morada.

Debemos decir que hemos acertado de pleno con el sitio, y que la comida estaba buenísima. Eso sí, quizás hubiese sido mejor pedir dos platos, en vez de tres, ya que no nos podemos terminar la comida y nos la tenemos que pedir para llevar.

Precio: s/. 189 (unos 47€)

Causa limeña
Pan con chicharrón

Al terminar, tomamos un Uber hasta nuestro hotel para dejar la comida y descansar un rato.

Después volvemos a intentar el tema de la SIM, pero nos damos por vencidos, porque necesitamos ya una SIM, sobre todo para coordinarnos mañana con la propietaria del Airbnb donde nos alojaremos. Al lado del Parque Kennedy hay una oficina turística donde vemos la PeruSIM. Antes del viaje nos habían recomendado no comprar esta SIM, porque es más cara que un chip de Claro, y no tiene tanta cobertura. La verdad es que sí que es verdad que es más cara, pero nos ha funcionado muy bien durante todo el viaje. El precio han sido s/. 100 (25€), durante 15 días, con un límite de 15 GB al que no hemos llegado.

Ya con nuestros móviles funcionando, pedimos un Uber que nos llevará hasta el centro de Lima. Nos hubiese gustado hacer este camino andando, pero por uno lado, son unos 9 km, y por el otro, se atraviesan ciertas zonas que pueden ser algo peligrosas para los turistas.

El Uber nos deja a unas calles de la Plaza de Armas, ya que gran parte del centro es peatonal.

Lo primero que hacemos es ir a la Plaza de Armas. Nos tenemos que conformar con quedarnos en una esquina, ya que en ese momento hay una procesión y la plaza está cerrada.

En ese momento, todavía tenemos más mala suerte, ya que la policía empieza a desalojar varias calles del centro, explicándonos que una protesta se dirige hacia la zona y que puede ser peligroso, ya que están lanzando adoquines y productos químicos contra la policía.

Nos quedamos sin ver el centro, pero no pasa nada, porque podremos volver el último día.

Aprovechamos que estamos allí para ver el Parque de la Muralla. El parque recibe este nombre porque conserva algunos restos de la muralla que envolvía la ciudad en la época colonial, y tiene vistas al río Rímac. También hay un voladero con varias especies de aves, y un cercado donde podemos ver algunas llamas y cabras.

La vista tras el río impacta un poco más, ya que se puede ver el distrito de San Juan de Lurigancho, que es una de las zonas más pobladas de Lima, pero sus edificios nos muestran unas de las zonas más pobres del país. En general, se desaconseja visitarlo ya que podría ser peligroso para los turistas y la presencia policial es mínima.

Llamas en el Parque de la Muralla
Vistas de San Juan de Lurigancho desde el Parque de la Muralla

Al estar el centro cerrado, decidimos volver a nuestro hotel. Encontrar un Uber disponible está siendo complicado debido al cierre, y los precios hasta el hotel han subido hasta los s/. 40. Valoramos tomar la línea de bus que lleva a Miraflores, pero cada tarjeta nos cuesta s/. 5, y creemos que no vale la pena porque no las vamos a usar más, así que nos terminamos decantando por el Uber.

Son las 18:00 y ya estamos en el hotel.

Cena

Nos había sobrado bastante comida del mediodía, así que aprovechamos que estamos en un aparthotel y nos cenamos los ricos platos de Isolina.

No tardamos en irnos a dormir, ya que mañana nos tenemos que levantar a las 3:30 para volver al aeropuerto. Por lo menos, hoy el jetlag juega a nuestro favor.

Mapa resumen