Hoy iniciamos nuestro viaje exprés a Alsacia, la zona este de Francia que hace frontera con Suiza y destaca por sus bonitos pueblos que en Navidad lucen sus mercados navideños.

Nuestro objetivo es hacer este viaje en 3 días, ya que sólo disponemos de un fin de semana largo antes de Navidad, así que hoy lo dedicaremos a ver Colmar, mañana a ver pequeños pueblecitos cercanos, y pasado mañana a visitar Estrasburgo.

Viaje a Basilea

Nuestro vuelo sale de Barcelona a Basilea a las 8:45, así que nos levantaremos muy temprano para ir al aeropuerto.

Como a esta hora el transporte público está muy complicado, hemos decidido aparcar nuestro coche en el PimPamParking, cerca del Aeropuerto del Prat, desde el que nos llevan al aeropuerto en furgoneta hasta la Terminal 2.

El vuelo dura 1 hora y media, y a medio vuelo, entramos en una capa de nubes, así que ya no veremos tierra hasta llegar al EuroAirport de Basilea. Cuando el avión comienza el descenso, vemos que toda la región está nevada, todo muy blanco. El avión aterriza sin problemas en la pista, que en parte está cubierta por la nieve. Tiene pinta de hacer mucho frío fuera.

Al salir del avión, tenemos que tener cuidado sobre qué salida escoger, ya que este aeropuerto se encuentra entre Francia y Suiza, y tiene una salida hacia cada país. Las empresas de alquiler de coches están por la parte Suiza, aunque nosotros haremos nuestra visita plenamente en Francia.

Camino hacia Colmar

Quitando el hielo antes de conducir

Tenemos el coche con una compañía low cost, y la desgracia del momento es que el coche que nos alquilan está aparcado en un aparcamiento en la calle. Al salir, el termómetro indica -5ºC y nuestro coche está cubierto de nieve (y hielo en las lunas). Pues nada, nos toca despejar la nieve y rascar un poco.

Cuando conseguimos despejar el hielo, arrancamos y ponemos camino a Colmar.

La buena noticia, es que el coche que habíamos alquilado estaba fuera de stock, y nos dan un Golf GTI con los asientos calefactables, cosa que agradecemos un montón en ese momento.

Al salir del aeropuerto hay que dar un poco de vuelta, ya que hay que pasar por la frontera de Suiza con Francia. El camino son unos 60 km hasta nuestro hotel, y según nos vamos alejando del aeropuerto, el cielo se va despejando y podemos empezar a ver el paisaje.

Nuestro hotel es el Hotel Primo Colmar Centre, más o menos cerca del centro de Colmar. Justo delante hay un aparcamiento de pago, pero cerca está el Parking Manufacture que es gratuito.

El hotel es bastante «cutrillo», la verdad. Es viejo y muy sencillo, pero era de los pocos que no tenían los precios disparados por ser la época en la que estamos, y que estuviera cerca del centro. Hay que decir que Colmar no es una ciudad muy grande, y no es que haya muchísimos hoteles. Por esa razón, los precios suelen ser muy altos en esta época del año.

Visita a Colmar

A las 12:15 ya estamos listos para empezar nuestra primera visita a Colmar, así que salimos caminando desde el hotel en dirección hacia el centro.

Nuestra primera impresión es que todas las calles por las que pasamos están muy bonitas, tal y como están decoradas, aunque por ahora es de día, y sin las luces, el encanto es muy diferente.

Decidimos ir a comer, ya que en Alsacia comen más temprano de lo que estamos acostumbrados, y además llevamos arrastrando mucha hambre de todo el viaje. Vamos a Brasserie des Tanneurs, un restaurante que nos habían recomendado.

Comida: Brasserie des Tanneurs

Un restaurante muy céntrico en Colmar en el que ofrecen comida tradicional de Alsacia.

Para compartir, nos pedimos un Gratin de spätzles au Munster et sa salade, que es un plato típico de spätzles (una especie de pasta alsaciana), con bacon y salsa a base de nata y queso emental, acompañado con una ensalada verde, y una Tarte Flambée Gratinée, que viene a ser como una pizza al estilo alsaciano con bacon, cebolla y emental. Lo de la pizza que quede entre nosotros, porque no les gusta nada que lo comparemos con una pizza.

La verdad es que creemos que hemos acertado con el sitio y la comida típica alsaciana estaba muy rica. Ojalá tengamos la misma suerte los otros días.

Precio: 27,80 €

El centro de Colmar

Y ahora ya estamos preparados para empezar a ver el centro de Colmar. Seguimos por la Rue des Tanneurs hasta llegar al puente. Allí comienza la zona de La Petite Venise, que es una de las zonas más pintorescas de la ciudad. Recibe este nombre porque la cruza un canal del río Lauch, con sus barquitas turísticas, que nos recuerda a la ciudad de Venecia.

Bordeando el canal tenemos la Quai de la Poissonnerie, que destaca por sus casitas de colores, donde históricamente vivían pescadores, y ahora tenemos algunas tiendas de souvenirs y productos típicos.

La Petite Venise, con la Quai de la Poissonnerie de fondo

Volvemos hacia el centro por la Grand Rue, que es una de las calles comerciales más antiguas de la ciudad, llegando hasta la Rue des Marchands.

La Rue des Marchands es, quizás, la calle más icónica de la ciudad, desde donde podemos ver la típica foto de Colmar. Sus casas datan de los siglos XIV y XVI, conservando su estilo medieval, muy pintorescas, con su entramado de madera. En esta calle destacan algunos edificios como la Maison Pfister, que tiene una torreta y pinturas en su fachada, y el Museo Bartholdi, que es la casa natal del escultor Frédéric Auguste Bartholdi, el creador de la Estatua de la Libertad de Nueva York. De hecho, en Colmar, alejándonos del centro también podemos encontrar una réplica de la Estatua de la Libertad, en honor a este escultor.

Otro de los edificios importantes es el granero medieval Weinhof, que antiguamente se usaba para almacenar cereales.

Actualmente, la calle es peatonal y en ella podemos encontrar muchas tiendas, cafeterías y restaurantes.

Maison Pfister

Callejeando un poco llegamos a la Église des Dominicains, que es un destacado templo gótico cuya construcción comenzó en 1283. Este edificio fue usado originalmente como un convento dominico, que después de la revolución pasó a convertirse en un granero, hasta 1898 que recuperó su función religiosa. En el templo también se encuentra la Bibliothèque des Dominicains, que fue un importante centro cultural que todavía preserva manuscritos y colecciones históricas.

Después de visitar la iglesia, seguimos callejeando un poco por las calles céntricas, que están muy bien decoradas de Navidad, aunque siendo de día, todavía no podemos contemplar la icónica iluminación.

Tenemos que decir que en este punto está haciendo un frío increíble, y hasta las calles tienen placas de hielo. Los termómetros indican -3 ºC, y a pesar de la ropa térmica que llevamos, necesitamos entrar un poco en calor, así que vamos un rato al hotel, de este modo podemos esperar a que oscurezca un poco sin morir de frío en el intento.

La noche en Colmar

Cuando empieza a anochecer, hacemos una segunda visita por el centro. La temperatura ha caído a -5º C, así que tenemos que ser prudentes y abrigarnos bien.

De camino hacia el centro, en algunas de las calles nos pegamos algún resbalón por culpa de las placas de hielo, sin consecuencias graves, pero tenemos que ir con un poco de cuidado.

Paseamos por la Rue des Marchands, de nuevo. El ambiente ha cambiado totalmente, y muchos de los edificio están iluminados con lucecitas de Navidad. La verdad es que la calle está preciosa, y hay paraditas de mercados navideños, y árboles de Navidad, por cualquier esquina.

Rue des Marchands por la noche
Algunos adornos navideños por las calles del centro de Colmar
Decoración cerca de la Église des Dominicains

En este punto estoy un poco alerta, ya que le tengo que dar el anillo de compromiso a Lorena, pero todavía no sé ni cuándo hacerlo, ni cuál es el lugar indicado, así que aprovecharé este paseo para fijarme un poco.

Terminamos nuestro paseo llevando a la Gran Roue de Colmar, una noria que hay muy cerca del centro, con lucecitas y también con un pequeño mercado navideño justo al lado.

De camino al hotel paramos por un supermercado y compramos algo para cenar. No nos vamos muy tarde a dormir, ya que hoy hemos madrugado muchísimo, y el frío que hace en la calle tampoco acompaña.