Hoy es nuestro último día en Japón, así que nos lo tomaremos un poco más de relax para pasear tranquilamente por la calle sin ningún destino en concreto.

Antes de salir, nos levantamos y bajamos al buffet a desayunar.

Desayuno: en el hotel

El buffet del hotel está bien y hay bastante variedad de platos, tanto de comida japonesa como continental. Sí que es verdad que la comida no está tan rica como en otros hoteles que hemos ido hasta ahora, pero tampoco nos podemos quejar.

Subimos a la habitación a recoger nuestras maletas, y hacemos el checkout en el hotel, dejando nuestras maletas en la recepción.

Hoy ya se nos ha agotado nuestro Japan Rail Pass, así que no se nos incluye ningún transporte público.

A las 10:30 salimos del hotel y caminamos sin rumbo hacia el norte, pasando por la zona de Kanda y llegando hasta Akihabara. Es un poco raro ver Akihabara a plena luz del día, ya que ningún edificio está iluminado, ni hay tanto ambiente. Parece que estemos en un sitio totalmente diferente.

Estando allí visitamos algunas tiendas y compramos algunos últimos souvenirs para llevarnos a casa. También visitamos el Don Quijote de Akihabara, para comprar más productos de cosmética y comida.

Seguimos paseando hasta llegar al parque Ueno, que aprovecharemos que hoy estamos más tranquilos para pasear tranquilamente por él. En el mismo parque vemos un señor que está paseando a sus dos monitos muy simpáticos, que pasan un rato con nosotros.

Monito en el parque Ueno

Aprovechando que estamos allí y que en Ameyoko comimos bien y barato, volveremos a esa calle de comida callejera.

Patata tornado de Ameyoko
Patata tornado de Ameyoko

Comida: Calle Ameyoko

En esta calle hay muchos puestos de comida callejera para llevar y comer en la calle. Ya estuvimos aquí en el principio de nuestro viaje, pero como comimos bien y barato, y hoy nos coge cerca, vamos a repetir.

En uno de los puestos pedimos una patatas tornado, que se suelen ver por Japón. Consisten en una patata cortada en forma de tornado en una brocheta, frita. La verdad es que como comida rápida, está buena.

También volvemos a Minatoya y pedimos un pack de 8 takoyakis, ya que, aquí es donde nos han parecido más buenos de todo Japón, superando a los de Osaka.

Finalmente, en una frutería nos compramos dos tajadas de melón que inicialmente hacían buena pinta, pero no tenemos mucha suerte porque están verdes e insípidas.

Al terminar de comer, hacemos nuestra última caminata hasta la estación de Tokyo. Ya que no vamos a usar más el metro ni el bus, devolvemos la tarjeta Suica.

Para devolver la tarjeta Suica, en teoría sólo se puede hacer en cualquier oficina de JR-East, aunque nosotros solo encontramos un lugar donde lo hacían en toda la estación, y era buscando el JR Ticket Office, entrando por Yaesu. Al devolver cada tarjeta nos reembolsan el depósito de 500 yenes que cuesta la tarjeta, más el saldo restante, restando 220 yenes por tarjeta (como coste del servicio).

Hay bastante cola, así que hay que hacerlo con tiempo.

Volvemos al hotel y recogemos las maletas. Ya va siendo hora de ir al aeropuerto.

Nuestro vuelo sale desde el aeropuerto de Narita. Hay varias maneras de llegar hasta el aeropuerto:

  • Narita Express: tren que sale desde la estación de Tokyo y que llega hasta el aeropuerto en 55 minutos. Está incluido en el JR Pass en el caso de tenerlo disponible.
  • Skyliner: tarda 40 minutos, pero en vez de salir de Tokyo, sale desde Ueno.
  • Airport Bus: autobús que lleva desde la estación de Tokyo hasta el aeropuerto y que sale con bastante frecuencia. Tiene como una hora y media de recorrido. El problema aquí, es que solo se puede viajar con una maleta de cabina, así que para nosotros no es una opción.
  • También hay otras líneas de metro y de tren local que llevan al aeropuerto, haciendo un recorrido más largo, pero más económico.

Nosotros escogemos la opción del Narita Express, que nos cuesta unos 3070 yenes por persona. La verdad es que está muy bien indicado dentro de la estación, y sale muy puntual. Tenemos espacio entre vagón y vagón para dejar nuestras maletas grandes (sin reserva), y las maletas de cabina las podemos llevar encima de nuestros asientos.

Al llegar al aeropuerto de Narita, pasamos la aduana. Es importante mantener las bolsas del tax free cerradas hasta este momento, ya que sino nos puede tocar pagar los impuestos que no pagamos en la tienda.

Dentro del aeropuerto intentamos cambiar los pocos yenes que nos quedan, pero después de rellenar unos documentos que nos hacen rellenar, nos dicen que no tienen billetes pequeños y que no nos pueden devolver la cantidad exacta.

En vez de cambiar el dinero a euros, nos lo gastamos en un restaurante de sushi que hay en el aeropuerto, que por cierto, es el primer lugar en el que vemos que los makis llevan aguacate. Eso nos hace ver que ya estamos abandonando Japón.

Nos sobran 200 yenes y nos los gastamos en unos llaveros de una tienda del aeropuerto. Ahora ya no nos sobra nada para irnos.

Nuestras compras en Japón

Los vuelos salen puntuales, pero se hacen muy largos, sobre todo el segundo, que alcanza unas diez horas.

Tenemos un camino muy largo para pensar en todo lo que hemos disfrutado de Japón, y en ir pensando en cuando volver, ya que tenemos clarísimo que esa no va a ser la última vez que pisemos este país.

Ah, y nos vamos a casa con un buen botín.

Dormimos en: Casa

Mapa resumen