Último día en el Sotetsu Fresa Inn Kanda Otemachi. Hoy abandonamos nuestra primera etapa del viaje en Tokyo para ir hasta Osaka.

Antes de ponernos a ello, bajamos a desayunar al restaurante del hotel.

Desayuno: Sotetsu Fresa Inn Kanda Otemachi

El desayuno en el hotel es muy sencillo y tiene lo típico japonés: arroz al vapor, sopa de miso, fideos al estilo yakisoba, un poco de ensalada y una sección de cafetería para hacer cafés.

Posiblemente, fuera el desayuno más básico que encontramos en todo el viaje, pero fue aceptable.

Con la barriga llena y los formularios del Takkyubin rellenados, abandonamos nuestra habitación. Bajamos a la recepción a entregar nuestras maletas para que lleguen a sus diferentes destinos:

  • Nos despedimos de nuestras maletas de cabina, en las que tenemos las compras que hemos ido acumulando estos días. No las volveremos a ver hasta dentro de 10 días en nuestro último hotel en Tokyo, el día antes de volver.
  • Enviamos nuestras dos maletas grandes a nuestro segundo hotel de Kyoto, ya que la situación no nos lo permitía hacer de otra manera (era muy justo para enviarlas a Osaka, y no queríamos cargarlas del primer al segundo hotel de Kyoto, ya que están lejos el uno del otro).

Sin maletas, estaremos 4 días de mochileo por Japón.

Así, hacemos el checkout, y cruzamos Otemachi, como hemos ido haciendo los días anteriores hasta llegar a la estación de Tokyo.

Esta vez, para evitar que nos pase lo de Nikko, tenemos el asiento reservado en un tren Hikari a las 12:00, y para hacer tiempo, nos damos una vuelta por las tiendas de la estación.

El objetivo es ir al Kirby Café Petit y comprar a modo de sorpresa unos pastelitos con la forma de Kirby, ya que hoy Lorena cumple 30 años, y aunque no lo sepa, he traído unas velas desde España. Por suerte, por la mañana no hay casi cola, y hay de todo. Un día intentamos venir por la tarde y ya estaba el aparador vacío.

Le pido a la chica del café si puede encenderme las velas, pero no tiene mechero y se nos hace complicado encontrar algo de fuego dentro de la estación. Pequeño fallo… Por suerte, hay un 7-Eleven cerca de la estación, donde podemos conseguir un mechero, y hacer un poquito el paripé en la calle.

Lorena feliz con sus velas
Pastelitos del Kirby Café

Se acerca la hora de salida de nuestro tren, así que entramos a la estación con nuestro Japan Rail Pass y seguimos las indicaciones hasta la Tokaido Line. En este caso, marcada con el dibujo de un tren bala, de color azul. Ahora que ya tenemos práctica, ya no nos cuesta nada encontrar el sitio al que tenemos que ir.

El viaje va a durar 2 horas y media, por lo que durante la hora de comer estaremos en el tren, así que en una de las tiendas de la estación nos compraremos un Bentō y algunos snacks.

El tren llega súper puntual (como siempre en Japón), e iniciamos nuestro camino hacia Osaka.

Por el camino, antes de llegar a Shizuoka, dicen que desde la parte derecha del tren se ve el Monte Fuji. Nosotros, dudamos de la existencia de esta montaña, y creemos que es una invención de los japoneses para atraer el turismo. Ya lo explicaremos más adelante, el día que nos toque ir allí.

Mt Fuji fail list
  • ❌ ver el Monte Fuji desde el centro comercial Caretta Shiodome
  • ❌ ver el Monte Fuji desde el shinkansen hacia Osaka

A medio camino nos empieza a entrar el hambre, así que vamos a comer.

Comida: Bentō y snacks

Los Bentō son bandejas de comida que se suelen preparar en Japón para llevar y comer en el trabajo, en el tren, o donde sea. Vamos, lo que nosotros conocemos como un tupper, con la diferencia de que destaca por su forma peculiar, que está dividida en diferentes espacios para incluir diferentes tipos de comida a la vez.

Tradicionalmente se prepara en casa, pero en los konbini y en las estaciones de tren los suelen vender para llevar. En las estaciones, hay de muchísimas variedades, a diferentes precios, así que nos lleva un buen rato elegir.

Al final, cogemos un Bentō con una variedad de nigiris, y a parte unas patatas parecidas a las pringles y una bolsa de «mini-fuets» japoneses.

Tengo que decir que los nigiris del Bentō estaban bien conseguidos, aunque fuesen para llevar. En el caso de los mini-fuets, es un nunca más.

Llegamos a Shin-Osaka, a las 15:00, aproximadamente. Pensábamos que esta estación iba a ser más sencilla que la de Tokyo, pero estábamos equivocados. Nos encontramos en otra estación enorme llena de tiendas, pasillos y andenes. Aún así, las indicaciones son muy buenas y no nos cuesta nada encontrar la Midosuji Line de metro, que nos llevará a nuestro hotel. Este metro no está incluido en el Japan Rail Pass, así que nos tocará pagarlo aparte (unos 240 yenes por viaje).

Viajando en la Midosuji Line de Osaka

En unos 10 minutos llegamos a la estación de Hommachi. Aquí, nos hace gracia que Google Maps nos indique que salgamos por la salida 24 de la estación. Nos preguntamos cuántas salidas debe de tener la estación para que nos marque que salgamos por la 24, se nos hace raro, al ser una estación de metro. No descubrimos cuantas salidas tenía, lo que sí que descubrimos es que las estaciones de metro también son un centro comercial con un largo pasillo, y hasta nos atreveríamos a decir que el centro comercial conecta con otra estación a 600 metros.

Saliendo de la estación vemos un ambiente mucho menos turístico que el de Tokyo. También hay que decir que nuestro hotel está un poquito apartado del centro, aunque la zona es muy buena.

Así, llegamos caminando a nuestro hotel: Miyako City Osaka Hommachi. Se nota que ya no estamos en Tokyo, ya que el hotel es mucho más majestuoso y la habitación es de un tamaño que ya estaríamos más acostumbrados a tener. El baño también es muy ancho y tiene una bañera grande, separada en otra pequeña salita, con una ducha japonesa. En este hotel pasaremos 3 noches.

Solamente salir del hotel, vemos que justo al lado hay un McDonald’s. A Lorena se le antoja una cheeseburger, ya que tiene la teoría que hay que visitar un McDonald’s en cada país para ver las diferencias. A mí, estando en Japón, me parece un pecado, pero bueno, una hamburguesa para merendar tampoco me va a hacer daño.

Nos damos cuenta de que los McDonald’s en Japón son muy diferentes a los de España. En los de España, estamos acostumbrados al sonido de la gente, y sobre todo, al de las cocinas. En los de Japón, nos encontramos el mismo silencio como si estuviéramos en el tren. Además, las mesas están preparadas para sentarte individualmente, y lo que vemos es que varios japoneses lo usan para trabajar. Creemos que ha valido la pena venir al McDonald’s para ver este choque cultural.

Interior de un McDonald’s en Osaka

Como hoy queremos que sea un día más tranquilo, dedicamos la tarde a visitar el Umeda Sky Building en la zona de Umeda, ya que está apartado de todas las demás atracciones turísticas y hay que ir expresamente en metro.

El Umeda Sky Building es un edificio de arquitectura contemporánea, formado por dos torres gemelas de 40 plantas, conectadas por la parte superior por un observatorio, que ofrece vistas panorámicas desde 170 metros de altura.

El precio para subir son 1500 yenes por persona. Un ascensor te lleva a las últimas plantas, y desde allí, con unas escaleras mecánicas, subes hasta el observatorio. En el observatorio hay un restaurante, en el que la gente se va acumulando para ver la puesta de sol (o lo que se ve de ella a través de las nubes). Nosotros subimos a la azotea, que no hay tanta gente.

Escaleras mecánicas que llevan al observatorio del Umeda Sky Building
Puesta de sol tras las nubes, sobre el río Yodo
Nosotros en la azotea del Umeda Sky Building
El Umeda Sky Building desde debajo
Dibujos fosforescentes en la azotea
Cita de Miguel de Cervantes en las paredes del Umeda Sky Building

Volvemos a la zona de nuestro hotel, y damos un paseo por las calles cercanas. No estamos en Dotonbori, pero estamos cerca, y por la zona hay ambiente en las calles.

Terminamos nuestro día entrando en una sala de Karaoke privada para los dos. El repertorio de canciones está mayormente en japonés, pero hay algunas en inglés, así que hacemos un rato el paripé y cantamos como podemos.

De vuelta al hotel hay muchos restaurantes de comida para llevar, así que compraremos unas gyozas y nos las comeremos en el hotel.

Cena: Osaka Osho Nagahoribashi

Uno de los restaurantes que sirven comida para llevar, cerca de nuestro hotel. Pedimos una cajita con 6 gyozas. El lugar no es nada del otro mundo, pero las gyozas están buenas y no nos podemos quejar. Al fin y al cabo, era lo que buscábamos.

Precio: 330 yenes (2€ aproximadamente)