Ayer fue un día más relajado, así que hoy toca volver a ponerse las pilas y visitar Osaka en profundidad. La mañana la dedicaremos a ver el castillo de Osaka, mientras que por la tarde, y sobre todo cuando anochezca, nos daremos una vuelta por la zona de Dotonbori, para ver los iluminados edificios de Osaka.

Antes de salir, desayunaremos en nuestro hotel, ya que lo tenemos incluído. Nos encanta el desayuno de este hotel, ya que después de 5 días desayunando arroz y noodles, estábamos deseando encontrar un poquito de pan con aceite de oliva.

Desayuno: Miyako City Osaka Hommachi

Desayuno muy extenso y variado. Como en la mayoría de hoteles, es un desayuno estilo buffet, que combina varios platos de comida japonesa con varios platos de comida continental.

Podríamos considerarlo como el hotel donde mejor desayunamos de todo el viaje.

Nuestro primer destino es el Castillo de Osaka. Hoy nos sentimos con ganas de caminar, así que iremos caminando desde el hotel al castillo, en un paseo de unos 40 minutos, así también tenemos la oportunidad de ver cómo son las calles de Osaka.

Solo hay un pequeño inconveniente, y es que ya tenemos rozaduras en los pies de tanto caminar durante los días anteriores. Pasamos por la farmacia que está al lado del hotel y nos compramos unas bandas adhesivas. Mano de santo, de verdad.

Llegamos al recinto del castillo caminando a lo largo de la Hommachi-dori. No es que sea una calle muy especial, pero el paseo entre los edificios de Osaka ha sido agradable.

El recinto del castillo es muy bonito, con su foso y su numerosa cantidad de jardines. Tiene que ser mejor venir en primavera, ya que hay muchos ciruelos, que a la época que hemos venido nosotros (septiembre) no están en flor, pero no tendremos en cuenta para cuando volvamos.

Lo primero que hacemos es acercarnos al castillo. Al llegar, vemos que hay una cola súper larga para entrar, suerte que nosotros compramos las entradas online con bastante previsión y nos pudimos saltar toda la cola.

El precio del castillo es de 600 yenes.

Después de visitarlo, podemos decir que el exterior es muy bonito, pero el interior no vale para nada la pena. En serio, se puede evitar perfectamente la turistada de hacer la cola y entrar en él. El motivo por el que no nos gusta, es porque el interior no es fiel al castillo original. Cabe destacar, que el edificio fue reconstruido en 1931, ya que a causa de guerras e incendios fue destruido y abandonado durante años. El exterior sí que sigue fielmente su aspecto anterior a su destrucción, pero el interior consiste en un museo moderno con escaleras y ascensores, que no te transporta para nada a cómo sería un castillo. Quizás para lo único que valdría la pena es por las vistas que hay desde arriba, donde se pueden ver los jardines.

Foso con el castillo de Osaka de fondo

Al salir del castillo, seguimos dando un paseo por el parque para contemplar el resto de jardines. Nos planteamos subir a las barquitas que lo rodean por el foso, pero el precio son 1500 yenes y lo consideramos una trampa de turistas, para lo que realmente es, ya que el mismo paseo lo puedes hacer a pie por los caminitos que rodean el foso.

Nuestro siguiente destino será Shinsekai, y para llegar cogeremos la Osaka Loop Line, en la estación Ōsakajōkōen Station, justo al lado del parque. Aquí nos perdemos un poco, ya que, aunque sea una línea circular, en la estación de Tennoji el tren termina su recorrido y hacen bajar a todo el mundo para coger el siguiente tren. Esto pasa, porque aunque la vía sea la misma, en nuestro caso pasó un tren Rapid (en vez de Local), que venía desde otra ciudad y estaba haciendo parte del mismo recorrido. No pasa nada, en nuestro caso, porque esta línea sí que está incluida en el Japan Rail Pass, pero en otro caso, se tiene que pagar un suplemento para subir a este tipo de trenes.

Al cambiar de andén, ya sí que conseguimos llegar a la estación de Dobutsuen-mae, que es la que está cerca de Shinsekai.

Una de las calles de Shinsekai con la Torre Tsuntenkaku de fondo

El barrio de Shinsekai es conocido por su ambiente retro y popular, ya que se creó con la idea de representar una ciudad moderna, inspirado en París y Nueva York. En su centro destaca la Torre Tsutenkaku, que es el símbolo principal del barrio. Por las calles del barrio hay muchísimas tiendas y restaurantes.

La torre mide 103 metros de altura hasta un mirador panorámico. Su nombre significa «torre que alcanza el cielo». También está la opción de acceder a una actividad en la que te llevan a un mirador externo, en una pequeña plataforma que sobresale del mirador principal, por la que puedes andar y quedarte suspendido en el aire por una cuerda, y estar literalmente sobre el vacío. Nosotros no lo hicimos.

Aprovechamos que ya es mediodía para comer por algunos restaurantes de estas calles, ya que hay bastante variedad. Quizás el plato más típico de la zona es el kushikatsu, que consiste en una brocheta de, prácticamente, lo que tú quieras, ya que hay muchísima variedad. Por la zona también hay varios puestos de takoyakis, que también son una comida típica de Osaka. Nuestra idea es picotear un poco en varios sitios, para probar los diferentes tipos de comida.

En esta zona nos encontramos por primera vez con una clase de estafa que se extiende por los restaurantes de las zonas turísticas de Japón, en la que en estos te ponen una pequeña tapa mientras esperas la comida (tan pequeña que pueden ser un par de edamames), y luego te la hacen pagar obligatoriamente a precios que rondan entre 200 y 300 yenes por persona, o incluso más en algunos sitios. Es como una especie de consumición obligatoria que te cobran además de lo que has pedido. Normalmente te avisan de ello en una nota que casi ni se ve, en la entrada, y muchas veces está solo en japonés. En otros sitios, sí que te advierten, antes de tomarte nota. Hay que tener cuidado con estas cosas. Creemos que hemos aprendido la lección, pero caeremos en el timo de nuevo unos días más adelante, en nuestra vuelta a Tokyo. Eso pasa por improvisar y no buscar un sitio en el que comer con previsión.

Comida: comida callejera por las calles de Shinsekai

  • Takoten: pequeño puestecito justo debajo de la torre, donde sirven takoyakis hechos al momento (puedes ver como los hacen). Los takoyakis de aquí están buenísimos y repetiríamos, pero queremos probar más cosas por la zona. Le preguntamos al señor del restaurante si sirve bebidas, pero nos indica que las saquemos de las máquinas expendedoras de al lado. Precio de 6 takoyakis: 600 yenes (3,50€ aproximadamente).
  • Kushikatsu Janjan: en este restaurante sirven las típicas brochetas de Shinsekai, muy cerca de la torre, con una terracita con vistas bonitas hacia una de las calles principales del barrio. No lo recomendamos para nada, y para que a nadie le pase lo mismo, explicamos nuestra experiencia. En primer lugar, nos dan un QR con el que tenemos que pedir la comida. Nos lleva a una web que está toda en japonés y los platos no se terminan de corresponder con la carta que hemos visto a la entrada. Mientras decidimos nos traen un pequeño entrante sin que lo pidamos (ver explicación de la estafa un poco más arriba). Después de insistir repetidas veces de que no nos aclaramos con la web que nos han dado, nos toman nota y pedimos 5 kushikatsus diferentes para compartir (de carne, pescado y marisco). Todo son fritangas, no nos encantan, la verdad. Pero bueno, la mala nota ya se ve en Google Maps, donde tienen un 2,3. Culpa nuestra por no mirarlo antes. Al final, el precio terminan siendo unos 1100 yenes por las brochetas, más 330 yenes por persona por la «timo tapa». Un total de 1760 yenes (10€ aproximadamente) muy mal invertidos.
  • Coconchi Osaka Shinsekai: de postre, pasamos por una heladería que nos llama la atención. Aquí compramos un Billiken Happy Face relleno de chocolate (350 yenes) y un helado japonés (480 yenes). Ambos estaban buenos, símplemente, pero más que nada eran fotografiables.

Nos vamos, un poco, con la sensación de que esta zona es demasiado turística para comer y de que la deberíamos haber evitado.

Takoyakis de Takoten
Kushikatsus de Kushikatsu Janjan
Helado y Billiken de Coconchi Osaka Shinsekai

El bollito de Billiken hace referencia a una figura emblemática que se puede ver muy a menudo por Osaka. Aunque parezca un ser mitológico japonés, la figura se creó en Estados Unidos y simboliza la buena suerte. En el siglo XX llegó a Osaka y se hizo muy popular. Se asoció con la felicidad, la suerte y la prosperidad. Por las calles de Shinsekai se pueden ver varias de estas figuras.

Desde aquí nos iremos caminando hacia Nipponbashi, concretamente a Denden Town. Esta calle nos recuerda muchísimo a Akihabara, con su gran cantidad de tiendas de tecnología, cosas frikis y salas de videojuegos. En esta zona, nos pasaremos un buen rato explorando las tiendas e intentando no gastar demasiado con la tarjeta (spoiler: no pasa).

Lorena y su intento fallido de conseguir un peluche de Hello Kitty en Denden Town

Nuestra siguiente parada es Dotonbori, pero todavía es de día y no tiene mucha gracia verlo sin luz, así que nos recorremos a lo largo una gran parte de Shinsaibashi. Se trata de una larga calle cubierta con muchas tiendas de marcas internacionales, moda y cosmética. Allí nos paramos a visitar algunas tiendas como la tienda de Studio Ghibli o la de Shin Chan.

Figura de «El viaje de Chihiro»
Figura de Totoro
Figuras de Misae e Hiroshi

Ahora que ya hemos hecho el tiempo suficiente, ya podemos ir a la zona de Dotonbori, quizás la zona más icónica de Osaka en el distrito de Namba.

La zona destaca por sus enormes carteles luminosos gigantes, colgados de los edificios y su gran oferta gastronómica. Los restaurantes se anuncian con grandes figuras colgadas de las pareces, simbolizando el tipo de comida que ofrecen. También se encuentra otra de las tiendas Don Quijote, con la peculiaridad de que esta tiene una gran noria en el mismo edificio.

Esta zona esta llenísima de gente a estas horas moviéndose en todas las direcciones.

Carteles luminosos en los edificios de Dotonbori

Aprovechamos para picar algo por la zona, también en varios restaurantes.

Cena: comida callejera por Dotonbori

Vamos a diferentes paraditas de esta calle para comer algunas cosas que nos faltaban por probar.

  • Osaka Ohsho: la enorme figura de la entrada simboliza claramente lo que vamos a comer: unas gyozas. Además, las pedimos con salsa, ya que las preparan de un modo parecido a los takoyakis. Nos entregan una cajita con maonesa y salsa takoyaki, donde debajo se pueden intuir 6 gyozas escondidas. Y la verdad, es que estaban muy buenas. Precio: 600 yenes.
  • Osaka Kanigen Dotonbori: no entramos en el restaurante, pero sí en una paradita que tienen montada fuera. Este restaurante, también simbolizado por una enorme figura de un cangrejo, nos da la pista de que vamos a comer las típicas patas de cangrejo real que hay por la zona. En nuestro caso nos pedimos dos brochetas con la carne de estas patas rebozada. Es algo caro, suponemos que por el tipo de producto, pero está bueno. Precio: 1000 yenes.
  • Melon Bread: y de postre, paramos en esta paradita a comprar unos meronpan. Uno normal (400 yenes) y uno relleno de helado de vainilla (500 yenes). Nos gustó más el meronpan de Tokyo, pero este también está muy bien.
Salsa de takoyaki con un poquito de gyozas, debajo
Kushikatsu de cangrejo real
Aparador de la tienda de meronpan

Con los pies doloridos de tanto caminar, nos volvemos en metro al hotel, aunque sean 2 paradas, porque ya no podemos más, y mañana tenemos que estar a tope para ir al Universal Studios Japan.