Es miércoles 30 de agosto de 2025 y salimos de trabajar. Estamos contentos porque vamos a pasar un fin de semana largo a Mallorca. Lo tenemos todo preparado: el vuelo, el hotel y un coche de alquiler para voltar por la isla a nuestro antojo. Nuestra intención es tener unos días de relax, pero somos como somos, y como siempre, terminamos más cansados de lo que estábamos.
Comenzamos nuestro camino en coche desde Sabadell hasta el PimPamParking, un parking cercano al aeropuerto que nos cuesta 35,50€ aparcar allí durante 4 días, y que nos trasladan en furgoneta hasta la T2 del Aeroport del Prat, en un trayecto de unos 5 minutos.
Esta vez, no facturamos maletas. Vamos con nuestras mochilas de cabina donde llevamos ropa básica para 4 días, algunos bañadores y una toalla para la playa. Todo bien apretadito.
Nuestro vuelo con Ryanair tenía que salir a las 21:40, pero como es costumbre, lleva algo de retraso. Estamos algo preocupados, ya que la oficina donde hemos alquilado el coche en Palma te cobra una comisión de 40€ si llegas más tarde de las 23:00 (y cierra a las 0:00). Seguimos nuestro avión con el Flightradar, que viene de Birmingham, y por suerte el piloto le mete prisa, así que a las 21:55 conseguimos despegar.
Aterrizamos en Palma a las 22:40, así que nos toca salir del avión lo más rápido posible y cruzar el aeropuerto corriendo hasta llegar a la oficina de Goldcar a las 22:56, unos 4 minutos antes de pagar la comisión. Al llegar a la oficina hay una cola muy larga, que nos tendrá esperando otros 40 minutos, pero después de eso, ¡ya tenemos nuestro coche!
Es tarde, así que no nos entretenemos mucho y llegamos a nuestro hotel Astoria Playa en Port d’Alcúdia, poco antes de la 1:00.
Habíamos avisado de que llegaríamos tarde al hotel, y nos comentaron que el buffet ya estaba cerrado, pero que nos dejaban algo de cena fría. Así, que al entrar en nuestra habitación, nos encontramos dos ensaladas y dos sándwiches que nos sentaron como agua de mayo.
Cena: Astoria Playa
Al llegar tarde, el restaurante está cerrado, así que nos dejan dos ensaladas en la habitación, junto con dos sándwiches de jamón dulce y queso, y algunas piezas de fruta de postre.
La verdad es que nos sienta muy bien, ya que es una cena ligera y venimos cansados del viaje.
La cena está incluida en la media pensión del hotel.
Después de cenar, estamos muy cansados y nos vamos directamente a dormir.