Hoy iremos a visitar las calas de la costa sur de la isla. Nuestro objetivo es ir a visitar el Caló des Moro y alguna cala más que esté cercana. Muchas guías comentan que hay que ir al Caló des Moro a las 8 de la mañana, pero nosotros estamos lejos, y nos estamos tomando este viaje más de relax, así que nos levantamos tranquilamente a las 9:30 y nos vamos a desayunar.

Desayuno: Astoria Playa

Al tener media pensión, desayunamos en el mismo hotel. El buffet es muy completo, dando diferentes opciones de embutidos, comida salada, pastas dulces, churros, zumos, etc. Lo que viene siendo un desayuno continental.

He de decir que el buffet tiene bastante variedad, y hay opciones que cambian cada día, así que le vamos a dar muy buena nota.

Una vez hemos desayunado nos vamos en dirección Santanyí, donde se encuentran las calas que queremos visitar. Estamos a unos 75km, a una hora y media de nuestro destino. Para ir hasta allí, la mayor parte del camino no es autopista, sinó un conjunto de carreteras locales, en algunos puntos muy estrechas. Aún así, el camino se hace agradable, porque tenemos la oportunidad de ver como son los pueblos de Mallorca, fuera del mundo turístico. De camino, pasamos por Santa Margalida, Petra, Porreres y Campos, entre otros. Y sí, todos ellos son pueblos tradicionales, por los que hay gente local paseando.

Pasando Santanyí, muy cerca, está el Caló des Moro. Para llegar hasta la cala, aparcamos en un parking muy grande habilitado que hay en la entrada de Cala Llombards. Está bien señalizado, como Parking de Caló des Moro. Hay coches que avanzan, probando su suerte intentando aparcar más cerca, pero la cosa está complicada y hay varios guardias que les van desviando por otras calles. Nosotros recomendamos aparcar en el parking, aunque haya que caminar un poco más. Hay muchos coches aparcados, pero el parking es muy grande y hay espacio de sobra.

Caló des Moro

Cruzando la urbanización y llegando a la costa, hay unas escaleras muy, muy empinadas, que llevan a la Cala s’Almonia. Después nos quedaremos en esta cala, pero primero vamos a la atracción turística principal. Por un caminito, a pocos metros, se encuentra el Caló des Moro. Esta pequeña playa es muy bonita, tal y como se muestra en las fotos, con aguas turquesas y cristalinas, y arena blanca y fina.

Como contra, el acceso se hace por un camino muy estrecho y costoso, que no es, para nada, apto para personas con problemas de movilidad. Está continuamente subiendo y bajando gente, y a veces hay que esperar, ya que solo cabe una persona a la vez. La playa mide 30 metros de largo, hay mucha gente y en la arena no cabe ni una toalla, pero en nuestro caso, dejamos las mochilas en las rocas y nos damos un baño.

El Caló des Moro es uno de los puntos más turísticos de Mallorca, por eso, en las temporadas de verano, está a reventar de gente vayas cuando vayas. Es un lugar muy bonito, pero con tanta gente pierde su encanto. Aún así, creemos que es obligatorio visitarlo por una vez.

Después de volvernos a vestir como podemos en la playa, hacemos el caminito de vuelta hacia la Cala s’Almonia. En esta cala también hay mucha gente, pero hay muchas rocas donde poder ponerte y ya se puede estar más tranquilo. En esta cala, hay un pequeño grupo de casas antiguas de pescadores, y en lugar de arena, hay un muelle para las barcas que estos usaban. Aún así, es un lugar ideal para bañarse debido a sus aguas cristalinas, ideales para hacer un poco de snorkel.

Se acerca la hora de comer, pero estas playas están en un lugar muy virgen de la isla, y no hay ningún chiringuito en ellas. En caso de necesidad, sí que hay alguna parada ambulante donde venden bocadillos, pero poco más. Cerca también está Cala Llombards, donde sí que hay algún restaurante, pero nosotros volveremos al coche y nos iremos a Cala Santanyí.

Cala s’Almonia desde una de las casas de pescadores

Comida: Restaurante Voramar Cala Santanyí

Comemos en este restaurante, que es uno de los que están mejor valorados de la zona. Nos pedimos para compartir un pulpo a la gallega y una paella de marisco. Lo acompañamos con una botella de agua y un refresco.

El pulpo no nos encanta, ya que no se ha cocido correctamente y está algo duro, y la paella está bien, pero tampoco ha sido la mejor de nuestras vidas. Aunque no ha sido perfecto, la comida es aceptable, y tampoco parece que haya mucha más alternativa por la zona. El precio final, algo más caro de lo que nos esperábamos.

Precio total: 82,10€

Como postre, consideramos comernos una ensaimada, ya que todavía no nos hemos comido ninguna en el tiempo que llevamos. Para ello, nos vamos a la Colònia de Sant Jordi, que está a unos 13km. Concretamente nos han recomendado el Forn de pa Pons. Allí, nos compramos dos ensaimadas pequeñas que están realmente buenas.

Para terminar la tarde, nos vamos en coche a la Platja des Trenc. Antes de entrar a la carretera que lleva hacia la playa, a través de las salinas, hay un cartel indicando que el parking está completo, pero nosotros lo ignoramos. El camino es estrecho y nos cruzamos con varios coches, en algunos casos es difícil hacerlos caber.

Al llegar al parking, nos encontramos con que hay sitio de sobra. Suponemos que ya es tarde y mucha gente se está yendo. Aún así, la entrada al parking vale 5€ para todo el día. El parking está cerca de la playa, y se llega por un camino de tierra.

A diferencia de las calas anteriores, la Platja des Trenc es una playa larga donde cabe mucha más gente. Aquí, las aguas también son turquesas y poco profundas, y la arena, al igual que las anteriores, muy fina. Está dentro de un entorno protegido formado por dunas donde habitan muchas aves, y lejos de cualquier urbanización.

Ensaimada del Forn de pa Pons
En la orilla de la Platja des Trenc

Despues de un rato bañándonos y tomando el sol, hacemos el camino de vuelta en coche. Ahora ya estamos cansados y el camino se nos hace largo, pero nos vamos contentos porque los lugares que hemos visto hoy han valido mucho la pena.

Llegamos al hotel cuando ya es la hora de cenar, así que nos duchamos rápido, bajamos a la cena, y nos quedamos, de nuevo, viendo el espectáculo musical que hay en el hotel.

Cena: Astoria Playa

El buffet del Hotel Astoria Playa es muy completo, también, para cenar. Ofrece diferentes platos frescos de ensaladas, y algunas tapitas pequeñas que parecen de restaurante de autor. También tiene su zona donde te hacen carne a la plancha, y demás platos típicos de buffet.

Tenemos media pensión, así que la cena está incluida.