Hoy nos levantamos a las 6:00. De golpe, ambos nos sentimos con náuseas y con los labios y la nariz secos a causa del mal de altura. Con muchísima sed. Dejamos de tomar el Edemox, ya que notamos que nos está deshidratando demasiado.

Intentamos recoger rápido y desayunamos en el hotel.

Desayuno

Desayunamos en el buffet del hotel. La verdad es que no tenemos mucha hambre por el mal de altura, pero la recomendación es que, aún así, comamos algo.

Nos hacemos unas tostaditas y un mate de coca. Tampoco hay mucho más para elegir.

A las 6:50 nos recoge nuestra furgoneta para seguir nuestra excursión hasta la Cruz del Cóndor, en el Valle del Colca.

Al terminar de desayunar, nuestros síntomas mejoran bastante, aunque nos da algo de congestión nasal a causa de la sequedad.

En la furgoneta somos los primeros en subir y vamos recogiendo a los demás. Durante el camino, todos nuestros compañeros están sufriendo algún síntoma del mal de altura, pero seguimos todos animados.

La primera parada es en el pueblo vecino de Chivay, Yanque. Es un pequeño pueblo muy bonito, con su Plaza de Armas y su iglesia. Al llegar, a primera hora de la mañana, vemos un grupo de niños bailando alrededor de la fuente. Lo hacen para pedir dinero para hacer su viaje de fin de curso, así que les damos una propinilla.

También compramos un jersey de lana de llama a una mujer que tiene un pequeño puesto, y nos cuesta s/. 45. No nos parece caro, la verdad. Seguramente que en España pagaríamos mucho más por este jersey.

Plaza de Armas de Yanque

De camino a la Cruz del Cóndor vamos parando por varios miradores, donde podemos observar la gran extensión de campos agrícolas que se están preparando para la primavera.

Mirador en el Valle del Colca

La carretera tiene sus trozos buenos y sus trozos malos. Durante algunos metros, en vez de carretera, hay caminos de arena, debido a que la falla rompe estos trozos de carretera constantemente.

Antes de entrar en la Cruz del Cóndor, hay un peaje. Al parecer, somos de los pocos del tour que lo teníamos incluido.

Cuando llegamos a la Cruz del Cóndor, nos recomiendan que, de los dos miradores que hay, nos pongamos en el de arriba, y que no vayamos al de abajo, que suele haber más suerte para ver cóndores. Nos comenta el guía que no todos los días se pueden ver a los cóndores volando, y que es muy posible que nos quedemos sin verlos. Justo al terminar la frase, vemos a tres de ellos que empiezan a sobrevolar las rocas bajo nosotros.

Parece ser que hoy, estas aves están muy activas, y hemos tenido la suerte de verlos volando sobre nuestras cabezas. Al parecer, no es nada habitual.

Se estima que en todo Perú solo hay unos 300 individuos de esta especie, que está en peligro de extinción. 50 de ellos se encuentran en el Valle del Colca. Su reproducción es muy complicada, ya que una pareja solo pone un huevo cada dos años.

Volvemos de vuelta, parando también en algunos miradores.

Paramos un rato en Maca, otro de los pueblecitos cercanos. Allí hay varias señoras exponiendo águilas y alpacas, para que los turistas se hagan fotos con ellas. El guía nos recomienda que no lo hagamos, ya que considera que esos animales están allí después de ser cazados de manera ilegal, y que es mejor que no colaboremos con este tipo de prácticas. Por supuesto, le damos toda la razón.

También, nos indican que en el valle se produce un fruto proveniente del cactus, llamado Sancallyo, por fuera parecido al higo chumbo, pero por dentro con una textura parecida al kiwi. Nos dan un poco para degustarlo, y nos ofrecen un licor a base de pisco, con este fruto. Buenísimo, la verdad.

Tomando un Pisco de Sancallyo

Volvemos a Chivay a comer.

Comida: Restaurante Turístico Colca

Al igual que el restaurante de ayer, es el restaurante que teníamos en el tour. Y la opinión es similar: es un buffet con bastante variedad de platos peruanos, que no están mal, pero que no tienen nada que ver con lo que hemos podido comer en otros restaurantes.

Aún así, probamos diferentes platos y salimos satisfechos.

En este caso, no teníamos el restaurante incluido en el tour, así que pagamos cada uno s/. 45 por el menú y s/. 5 por el agua. En realidad, no nos podemos quejar, por el precio que pagamos.

Precio total: s/. 100 (25€)

Es hora de separarnos de los «chascosos». Nuestro grupo vuelve en furgoneta hacia Arequipa, pero nosotros pedimos poder ir hacia Puno, para continuar con nuestro circuito. La verdad es que estamos muy contentos con el tour que hemos contratado. El guía ha sido muy simpático durante todo el camino y nos ha dado muchas explicaciones en todas las atracciones que hemos visto. Además, a diferencia de los demás, teníamos un hotel superior, y parte de la comida y el peaje de acceso a la Cruz del Cóndor incluidos. La excursión nos salió a los dos por $360.

Mientras la furgoneta se va, nosotros nos subimos a un autobús, con un grupo diferente, con dirección a Puno.

Durante el camino de vuelta hacemos varias paradas para ver más llamas, alpacas y vicuñas. He de decir, que llega un punto que ya estamos hasta las narices de ver animales y lo que queremos es llegar al hotel.

La carretera está bien hasta llegar al cruce con Puno. A partir de allí se vuelve horrible. Vuelve a ser la carretera llena de camiones y un carril por sentido. Además, en esta zona, empieza a estar llena de baches y el asiento del autobús no para de temblar. No nos anima mucho pensar que el viaje va a durar 6 horas. Y menos nos anima, estar viendo sepulturas de gente que ha fallecido en esa carretera a cada kilómetro.

Al anochecer llegamos a Lagunillas. Es un gran lago que está más alto que el Titicaca, todo envuelto de verde. La imagen es muy bonita, pero hace muchísimo frío, así que la parada es breve.

Mirador de Lagunillas

Por suerte, a partir de Lagunillas, la carretera está reasfaltada, y es un gran alivio, ya que teníamos el cuerpo revuelto de tanto bache. El problema es que hay mucho tráfico, y hay momentos que estamos detenidos en algún atasco.

Ya de noche, el bus nos deja cerca de la Plaza de Armas de Puno. Hace bastante frío y vamos directamente al hotel. Nuestro hotel es el Hotel Hacienda Plaza de Armas. Lo que no nos acordábamos, era que habíamos reservado una suite superior con jacuzzi, así que no os imagináis el gustazo que nos da podernos dar un baño relajante.

Antes de subir a la habitación estamos un poco preocupados, porque mañana, nuestro bus hacia Cusco sale a las 22:00, y tenemos toda la tarde libre. Se hace de noche sobre las 17:30 y hace mucho frío. Nos preocupa quedarnos tanto rato en la calle sin hacer nada, ya que Puno no es tan grande. Por suerte, pedimos al hotel si podemos hacer late checkout y salir por la noche. Nos dicen que sí, a cambio de $40, y nosotros aceptamos sin dudarlo.

Hoy el autobús nos ha removido demasiado el estómago y todavía sufrimos de mal de altura, así que nos iremos a dormir sin cenar.

Antes de ir a dormir, contemplamos el ambiente que hay en la misma Plaza de Armas por la noche. Es un lugar muy animado en el que varios grupos de personas se juntan con altavoces, o batucadas y practican sus propios bailes. La verdad es que vale la pena verlo.

Al meternos en la cama, el mal de altura nos da un poco de fiebre y nos cuesta dormir. Nada que no solucione un paracetamol (y unos tapones en los oídos, debido al ruido en la calle). Ahora estaremos 24 horas a 3800 metros de altitud. Esperamos poder soportarlo.

Mapa resumen